Tendemos a amar las aristocracias exclusivas y, cuando la aristocracia
de la riqueza se pasó de moda, creamos una nueva que nos agradaba pensar
que era una aristocracia de los cerebros, de los que sobresalían en el
aprendizaje basado en los libros. Necesitamos crear una aristocracia mucho
más amplia, la de quienes sobresalen en el arte de vivir en sociedad.
(Organization of Secondary Education, Ministry of Education, 1947)